Título: バトルシャーク (Battle Shark)
Producción/Desarrollo: Taito
Lanzamiento en Japón: marzo 1990
Hardware: Z System
Tamaño de ROM: 44,50 Megabits
Taito continuaba explotando su placa Z System, diseñada para un uso intensivo de zooms, rotaciones y escalados. En esta ocasión, el desarrollo tomaba una temática basada en el manejo de un submarino militar. Una vía no explorada hasta ese momento en un videojuego dotado de scaling y que además abría nuevas e interesantes posibilidades.
En el fondo, Battle Shark no deja de ser un juego de disparo en primera persona en la que el jugador se limita a mover el punto de mira y disparar, pero la forma y la ejecución lo convierten en una recreativa que merece como mínimo un par de partidas, aunque, como en muchos de los videojuegos que estamos tratando en estos monográficos, gana mucho si se tiene el privilegio de poder probarlo en su correspondiente mueble. Taito volvía aquí a demostrar su músculo en todo lo relacionado con el diseño y construcción de cabinas especiales para el sector recreativo.

Aunque lejos de la espectacularidad vista en otras máquinas dedicadas a juegos de pilotaje, la reproducción de los característicos periscopios de los submarinos de guerra es encomiable. El jugador debe agarrar con las manos las empuñaduras para situar de forma analógica el punto de mira y accionar los gatillos de disparo, mientras mantiene la vista fijada en el visor con efecto lupa que restringe el área de visión del monitor de 25 pulgadas que incluían estos muebles.

De todas formas, aunque no se tenga posibilidad de acceder a la recreativa y sólo se pueda jugar bien en los recopilatorios oficiales Taito Legends y Taito Memories o bien en MAME (no se versionó para ningún sistema de la época), Battle Shark mantiene ciertos alicientes para aquellos que lo jueguen con un mando convencional.

La diferencia con respecto a otros juegos de disparo con mirilla la marca el hecho que se disparen torpedos de profundidad; el jugador tiene que contar con un retraso de algo mas de un segundo desde que acciona el disparo hasta que este alcanza el objetivo. Un detalle que lo convierte en un reto que requiere su periodo de adaptación hasta que se domina el timing necesario. Además, aquí no se puede machacar el gatillo sin cesar como en otros juegos mas frenéticos, puesto que en Battle Shark existe un número limitado de proyectiles en la recámara que sólo se recargan con el paso de los segundos.

Si conseguimos disparar a las diferentes esferas de colores que discurren por la pantalla, lograremos potenciar nuestro disparo o tener un numero limitado de proyectiles especiales, totalmente devastadores. Aquí no hay las típicas bomba a las que recurrir en momentos de apuro, pero prácticamente todos los disparos enemigos se pueden interceptar con nuestros torpedos, así que la clave radica en disparar con precisión a todo lo que se mueva.

En lugar de vidas, en este juego contamos con una barra de daño que se va llenando según recibimos impactos. Tras el ya mencionado periodo de adaptación no resulta un juego especialmente difícil, ya que además es muy corto: diez fases teóricas, y la mitad casi son un trámite. Los enemigos que aparecen al final de las fases mas largas tampoco suponen un obstáculo insalvable.

Pasando a todo lo relacionado con lo audiovisual, el reto que sabemos que supone recrear las profundidades marinas fue resuelto por el equipo de Taito de forma admirable. No sólo se supo y se quiso reproducir de forma detallada una buena variedad de flora y fauna marina, si no que se hizo buen uso del hardware para recrear las deformaciones ópticas que provoca el movimiento del agua, así como unos estupendos degradados de color. Las partes que discurren sobre la superficie no son tan agradecidas visualmente, pero tambien gozan de buen diseño. Quizás, lo menos brillante son los diferentes vehículos del bando enemigo, no por un mal diseño o definición, sino por falta de variedad.

Musicalmente, el juego presenta una melodía principal de corte militar que gustará a los amantes del género bélico, así como una composición para los principales jefes finales llena de tensión, pero es criticable que no se hubiesen compuesto piezas específicas para cada nivel. Al menos, esta vez se nota un cuidado en la elección de instrumentos que no existía en anteriores producciones de la casa.
Pero donde realmente se le sacó partido al chip Yamaha YM2610 es en los efectos. Disparos, explosiones una voz sintetizada imitando una comunicación por radio y, por encima de todo, un sensacional sonar que permite saber cuando y donde va apareciendo el sonido. El uso del efecto estereofónico esta magistralmente aprovechado lo que queda de manifiesto sobre todo si se tiene ocasión de jugar con auriculares.

En síntesis, estamos ante otro juego menor del inmenso catálogo de Taito en aquellos años que, como en otras ocasiones, pierde mucho si no se juega en la máquina recreativa original y su reproducción del periscopio. Un perfecto desconocido que, aunque es complicado que nos enganche mas allá de unas pocas partidas, no deja mal sabor de boca.
Os dejamos con una muy buena partida a Battle Shark en la que el usuario de Youtube Zakky the Goatragon se acaba el juego sin recibir un sólo disparo.
Junto con un par de juegos en nes y el In the hunt de irem, no conocía más juegos basados en submarinos y mucho menos imaginaba que existiera una cabina simulando un periscopio y con super scaler.
Quizás sea el juego con las capturas menos dignas de lo que tiene que ser la experiencia de jugarlo, ya que no se pueden ver los efectos de los que hablas y no hacen justicia al apartado gráfico. Otra buena recreativa que no vi en la época y que he descubierto aquí, un saludo!
Es de esos arcades que pierden muchísimo sin su cabina. La máquina se vió muy poco porque costaba una fortuna en aquella época.
gracias como siempre por comentar. ¡Un saludo!